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Llevo en las pestañas
todas las lluvias vespertinas
de las tormentas más áridas.
Llevo en los huesos
todos los vórtices de espuma
que caben en una ola.
Llevo en cada lamento
mil vidas en serpentina
y una muerte a solas.
Pero no llevo olvido en los dedos
ni Aire negro en las entrañas
ni persigo sueños de viento
en ancestrales playas cálidas.
Sólo me elevo en el silencio
levitando hierbas y almas.
Narci M. Ventanas
¿Es un autorretrato psicológico?
ResponderEliminarMe gusta mucho
Filosófica tu poesía, eso de que en cada lamento llevas mil vidas en serpentina y una muerte a solas: EXCELENTE, LENA!.
ResponderEliminarUn abrazo.
Alicia.
Gracias Alicia, pero así es como lo sentía en aquel momento, ni siquiera pretendía que fuese una metáfora, para mí era literal.
ResponderEliminarBesos.
Narci