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Redimidos por una lluvia incesante
apenas os quema el fuego
ni os penetran las palabras candentes
de una brisa de LUNA y AGUA.
Pero leve es la huella
en le polvo
cuando el charco se seca.
Y amarga la saliva de los versos
que por un ALMA repican
y no cesan.
Narci M. Ventanas
Este poema, Narci, me ha ensordecido, después de leerlo me veo obligado a volver a encontrar el camino que me devuelve a mí mismo.
ResponderEliminarVaya, espero que eso sea bueno, y que el camino hacia ti mismo sea llanito y con bellas vistas, sin baches ni socabones y que esté bien señalizado para que lo encuentres con facilidad.
ResponderEliminarMe ha sorpendido esta apreciación, creo que daría para un poema si yo fuera capaz de escribir, pero quizá sea mejor que ese poema lo escribas tú.
No tendría desperdicio.
Gracias por estar ahí, por llevar al cuello este enlace. Yo también llevo el tuyo entre los dientes torcidos del alma.
Besos.
Narci
Pues si, encanto, aquí estoy
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