Duerme mi niña, duerme
duerme en tu lecho
de tierra, de hojarasca,
de sol y viento.
Duerme tu sueño eterno
bajo las ramas
que el murmullo del río
te canta nanas.
Duerme sin miedo, niña,
duerme sin miedo
que el cielo y las estrellas
serán tu techo.
Nunca te irás del todo
de nuestras almas,
la luz de tu recuerdo
llena la casa.
Narci
Bellísimos versos llenos de emoción y tristeza.
ResponderEliminarLo amado nunca se va, como tus últimos versos: "la luz de tu recuerdo llena la casa"
Un saludo
Lo siento mucho, muchísimo, Narci. Ten el consuelo de que tu niña ha sido muy amada mientras ha vivido. Un fuerte abrazo,
ResponderEliminarBlanca Barojiana
¿Era la perrita de la que me hablabas el otro día?
ResponderEliminarDéjame llorar un ratito contigo.
Un abrazo de los que lo abarcan todo.
Es triste el momento de decir adios de un mascota querida
ResponderEliminarGracias por vuestras reconfortantes palabras.
ResponderEliminarNarci
Esta tristeza queda, como ella misma.
ResponderEliminarA mí llama todavía mi Rumel, mi galga afgana.
Estoy contigo, Narci.
Alicia
Gracias Alicia.
ResponderEliminarUn abrazo
...lo siento tanto...!!!
ResponderEliminarAunque ella me tiro por una escalera, no la guardo rencor...
Es tan triste como hermoso. De una escalofriante belleza.
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