Yo no quiero ser el fuego
que se apague en tu saliva.
Ni quiero ser ese viento
que te azota el corazón.
Sólo quiero ser el duende
de tu voz y tu silencio,
tu oración y tu evangelio,
tu palabra y tu canción.
Quiero ser nube que pasa
y te deja un agua viva,
que nutre tus esperanzas
y te enciende una ilusión.
Ser el verso que te llega
que te llena, que te eleva,
al que aplaudes o condenas:
quiero ser tu inspiración.
Narci M. Ventanas
Excelente, Narci.
ResponderEliminarDices tanto, me dan unas ganas enormes de aplaudirte.
Mil abrazos.
Alicia
DEsde luego que con esos versos inspiras y mucho, y si es cierto queremos ser esa parte que escucha nuestro silencio y sobre todo entiende lo que dice
ResponderEliminaramen a tus deseos
un abrazo fuerte
Has de ser inspiración, en justa correspondencia, de quien te inspira este poema tan bonito.
ResponderEliminarBesos.
Ser la inspiración a la vida. ¡Qué bonitos sentimientos, y qué bonitos versos, Narci,ojalá alguien me regalara un poema así.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte.
Gracias por vuestros comentarios.
ResponderEliminarTeresa, he intentado dejar un comentario en tu blog, pero no puedo, no me sale la ventanita para escribirlo, puedo leer los comentarios de otros, así que supono que sí otros sí pueden comentar el problema es mío o de mi pc pero no sé como solucionarlo. Quería decirte que me han encantado esas décimas, la luna y el amor, siempre en comunión indisoluble, me ha llegado muy hondo. Es realmente delicioso todo el poema.
Besos a todas
Bellos poemas de un alma enamorada del amor...un beso de azpeitia
ResponderEliminarDe un lirismo clásico. Lleno de resonancias poéticas. Y difícilmente sencillo.
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