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y la pupila ciega
redescubre iones
que se encienden
y braman en la noche.
Los tejados se tiñen,
se destiñen
cobran vida y movimiento
tras torrenciales cortinajes
que se desploman sobre las piedras.
Cae el telón.
La quietud se desgrana
sobre el regazo de una ausencia.
Narci M. Ventanas
Caen las últimas gotas de un tejado que brilla y se abren ventanas para dejarse penetrar por el olor a tierra mojada.
ResponderEliminarAlguien espera sin saber que por el camino se abre paso la pasión.
Se dice adios
ResponderEliminarcon la mirada.
Que sentimiento de perdida.
ResponderEliminarBello y triste.
Un abrazo.
Poética forma de describir la percepción de una tormenta; su crecida y su agonía.
ResponderEliminarUn abrazo, Narci, desde mi orilla.
Y a veces, se derraman unas intangibles lágrimas de arco iris...
ResponderEliminarPrecioso, Narci.
Besos mil
SIL
Se las pintan solas las tormentas para revivirnos en el alma la herida de las ausencias.
ResponderEliminarHe estado contigo, mientras te leís, mirando al infinito y viendo pasar esa tormenta.
Me encanta el poema.
Besossss
"La quietud se desgrana
ResponderEliminarsobre el regazo de una ausencia"
Narci,realmente sugerente y directo tu poema.Estas tormentas nos traen miles de voces,que nos alertan y después el silencio hiere.
Ultimamente estoy muy sensibilizada,mis hijos están fuera y todo son voces y recuerdos.
Te dejo mi felicitación por tu buena síntesis y mi abrazo inmenso,amiga.
M.Jesús
Se desata la tormenta
ResponderEliminary aunque parezca que
se rompa el cielo
todo vuelve a la
serena calma y al recuerdo.
Un abrazo muy grande.
Como disfruto siempre de tu maravillosa poesía...me encanta :D
ResponderEliminarMil besiños.
Querida Narci:
ResponderEliminarExquisito poema, a pesar de tanta ausencia...
Su brevedad es como un fogonazo de emoción contenida que estalla en un instante.
(La entrada "Generaciones" me ha gustado especialmente por lo mucho que he visto de mí en ella)
Besos.
Saludos de USA.
ResponderEliminarNarci querida. Lindisima entrada!
Despues de una terrible tormenta
viene la calma.Bello.Bello.Bello.
love.
Cotiti.
Excelente titulo para este poema tan bello.
ResponderEliminarEl dolor de las ausencias, se nutre de las noches tormentosas, amiga Narci, mas, "después de la gran tormenta, viene la gran serenidad"
ResponderEliminarBesos y feliz semana. María
Días de tormenta, después llegan los días de paz, porque todos forman parte de la vida, porque nuestras miradas cambian cada día, porque todo cobra vida, y a la vez caminamos, nos llenamos de nostalgia, de recuerdos, pero también de sonrisas...
ResponderEliminarUn beso.
bellisimas letras nos regala tu dulce y sensible alma de poeta, esta asturiana amiga y admiradora te da infinitas gracias por hacernos participes de ellas y te manda un besin muy grande
ResponderEliminarLas ausencias tiemblan y brillan tras la tormenta. El sosiego recobrado es el bálsamo para el alma.
ResponderEliminarbesos
Hola AMIGA,
ResponderEliminarDespués de la tormenta sale el sol, todos sabemos eso.
Lo importante es andar lo mejor que se puede para no sufrir más de la cuenta.
Bellas letras siempre nos propones, es un gusto leerte paisana
besos
Tormentas que destiñen y ciegan, que llenan de negras nubes, presagio de ausencias, pero, como siempre, después de la tormenta el corazón, al fin, encuentra la calma, la quietud.
ResponderEliminar¡Precioso, Narci!. Volver al lugar de los amigos me gusta y mucho.
Un abrazo muy grande.
Cuantas veces azotados son los sentimientos, en la tormenta que tantas veces impone el amor?; así como re-descubiertos pueden ser los deseos cuando en calma la sutileza de una mirada nos seduce en lo interno hasta llevarnos a volver a ver decantados los fuertes vientos...
ResponderEliminarLindo poema...
Me quedo merodeando por tu casa...
Transmites unas imágenes muy bellas y una inmensa inquietud en los últimos versos.
ResponderEliminarUn abrazo
Teresa
Impresionante, Narci.
ResponderEliminarLo leo, lo releo y siempre me dice algo nuevo. Estos versos son un broche de oro:
La quietud se desgrana
sobre el regazo de una ausencia.
Cariños siempre
De redescubrir las cosas que observamos de otro modo, conseguimos que lo que nos rodea cobre vida, se mueva. Aunque la quietud y la ausencia, al final, nos vayan al encuentro.
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