Así contaba un sabio y terminó.
De aquélla que la muerte perseguía
y no quería vivir
pero vivió.
Pensaba que en la vida
no había vida
y por lograr la muerte
soportó
los días con su luz oscurecida
las noches que la luna iluminó.
Dice aquél, sopló
mas sin mentiras,
pues no más que soplar
se requería
para insuflar la vida y el amor
a aquella que de amor
estaba herida
de muerte
y por no querer vivir
nunca murió.
Narci M. Ventanas
días oscurecidos y noches iluminadas por la luna
ResponderEliminarme gustó especialmente eso
Besos
Muy profundo y con mucha luz.
ResponderEliminarBesazos
¡Narci! Hasta cuando te fuerzas en la métrica y el ritmo eres adorable. Un besote inmenso.
ResponderEliminarGracias a todos por vuestros comentarios y lecturas.
ResponderEliminarMi querido Drac, la veradd es que no me fuerzo por conseguir la métrica ni la rima, muy al contrario, suelo esforzarme por evitarlas.
Con el ritmo es distinto, siempre lo busco pero rara vez lo consigo.
Un besito para cada uno.
narci
Se lee como si te empujaran riendo desde atrás, para que cayeras en un riachuelo. Y el riachuelo, de pronto, se convierte en lago.
ResponderEliminarY el lago no es otra cosa que la vida misma, Javier.
ResponderEliminarGracias y abrazos