martes, marzo 11, 2008

La Hidra de los miedos

Imagen de Google

Con el hacha homicida del coraje
decapité mis miedos y las sombras
Mas no brotó sangre de la herida
sino amarga hiel ponzoñosa y tibia.

Profieren las gargantas degolladas
injurias, gritos, saetas de palabras
que hieren con su filo cual espadas
y alcanzan mi corazón y mis entrañas.

De cada ardiente cuello y de su llaga
brotaron cien cabezas más taimadas
con ojos, con sus dientes y su saña
y fueron ya los miedos una plaga.

Cauterizar la herida es pertinente
con toda la ternura de mi alma
usando la pasión como astringente
para que este dolor se quede en calma.

Narci M. Ventanas
11-03-2008

2 comentarios:

  1. Como somos capaces los poetas de parir tantos versos, tantas palabras, tantas sonoridades...es nuestra propia rebeldía la que nos mueve....bello lo que escribes....un abrazo azpeitia

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  2. Ya ves que no soy yo solo el que te halaga, Lena.
    Realmente, te lo mereces.

    Un beso.
    Emilio.

    ResponderEliminar

Tu verbo es el agua que alimenta mis raíces

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