Narci,ese viento se vertió generoso entre espinas...Y ese abrazo nos llega sencillo,humilde e inmenso con la calidez y la frescura del mar...Una gozada leerte y sentir entre lineas tu experiencia y madurez,amiga. Mi gratitud y mi abrazo grande. Feliz jueves,Narci. M.Jesús
Se recorren tus versos, de sobresalto en sobresalto.
ResponderEliminarMe encanta el poema, sobretodo la ultima estrofa. Besos
ResponderEliminarPues seguiremos derramando el livor de los abrazos.
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Hermosas metáforas hacen bellos a tus versos.
ResponderEliminarBesos.
ES que las metáforas son muy resultonas.
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Narci,ese viento se vertió generoso entre espinas...Y ese abrazo nos llega sencillo,humilde e inmenso con la calidez y la frescura del mar...Una gozada leerte y sentir entre lineas tu experiencia y madurez,amiga.
ResponderEliminarMi gratitud y mi abrazo grande.
Feliz jueves,Narci.
M.Jesús
Gracias Mª Jesús, una gozada es tenerte entre mis lectores habituales.
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Narci el viento te lleva un abrazo cálido que te mando.
ResponderEliminarBesos,
Uy... qué calorcito me están entrando, a pesar de los mares lodosos.
EliminarBesos cálidos de sol.
Sacando fuerzas de flaqueza...
ResponderEliminarQue no decaigamos.
Abrazos
En eso estamos, Trini, siempre pa'rriba y a no decaer.
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Conmovedores versos, Narci, ese abrazo de ojos dolosos de mar humedecido es una imagen preciosa
ResponderEliminarBesos
Me encantaría que los ojos fueran dolosos, Isabel, pero en lodosos se me quedaron, nunca supe mentir...
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Como si la tinta de los versos se hubiera mimetizado con la naturaleza entera.
ResponderEliminarBesos mil.
SIL
O la naturaleza con la tinta, que todo es posible.
EliminarBesos, Sil
Pues no, Narci; a un viento vertido seguirán otros vientos. Y derramarás abrazos sin livores y sin ojos lodosos. Seguro.
ResponderEliminarUn abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Eso espero, Mos, pero por si acaso, me recreo en estos, que menos es nada.
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Me encanta todo tu poema.
ResponderEliminarBesos y abrazos
Gracias Carver, si te encanta te dejo leerlo cuantas veces te apetezca.
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Palante, Narci. Vertamos los vientos sobre las espinas y, esperemos que nazcan rosas, amiga.
ResponderEliminarBuen poema. besos. María
Y si es posible, rosas sin espinas, María.
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