Mis pies anclados en milenarios canchales se vuelven de piedra. Impasiblemente vigilan mis pasos tambaleantes. Arriba, allá arriba entre las piedras oscilantes el viento ulula serpenteando caminos, escalando las rocas. Tropiezo en cada sombra azotada por los vientos que no saben de angustias, heridas y miedos. Tropiezo y me levanto de cada caída. Contemplo, camino y trepo para seguir mi combate.
Mis pies anclados
ResponderEliminaren milenarios canchales
se vuelven de piedra.
Impasiblemente vigilan
mis pasos tambaleantes.
Arriba, allá arriba
entre las piedras oscilantes
el viento ulula
serpenteando caminos,
escalando las rocas.
Tropiezo en cada sombra
azotada por los vientos
que no saben de angustias,
heridas y miedos.
Tropiezo y me levanto
de cada caída.
Contemplo, camino y trepo
para seguir mi combate.
Mis saludos, Lena. Me gustan estas remenbranzas.
Gracias Anónimo, a mí me encantaría conocer con certeza tu nombre y tu obra.
ResponderEliminarSaludos.
Narci