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A veces, escribir es una necesidad. Otras veces los dedos y la mente parecen atrofiarse, y enmudece el alma. Hay ocasiones en que el acto de escribir se convierte en algo tan íntimo que sentimos celos hasta del aire que rodea las páginas, y en otros casos, es tal la necesidad de comunicación que decidimos tenderlo todo en la azotea, para que los vientos esparzan cada letra, cada fonema, cada nota, cada verso y cada beso; algo así como si un día todas las tortugas del mundo decidiesen prescindir de su coraza y exponerse al sol, a la lluvia, a la noche a la voz de otros .... Algo así, como si ya nada importase lo suficiente como para mantenerlo en secreto, o como si importase tanto que no nos cupiese en el pecho. Mi blog es mi azotea.
Narci M. Ventanas
Narci M. Ventanas
Entro por la terraza en vez de por la puerta principal...pero es un terreno virgen lleno de ilusiones de pensamientos que como dices se esparcen por el aire y llegan hasta mi estudio (Zuhaitz-Ondoan...entre árboles) allende los mares en la vieja españa...un beso y un verso poeta....de azpeiti
ResponderEliminarUna azotea con hermosas vistas...
ResponderEliminarNo cabe duda que escribimos para ser leídos.
Un beso.
esta asturiana ratifica las letras de Jorge y te manda un besin muy grande.
ResponderEliminarHola Narci!!!
ResponderEliminarMenuda azotea la tuya... Así hasta las casas cobran vida. Tu prosa o tus versos así se impregan de cara al lector. Original amiga.
Besiños dende Lugo.
Y me encanta tu azotea!
ResponderEliminarQue bueno que tiendas en la azotea, para que de los otros balcones podamos leerte y sentir tus hermosos versos!
Bella reflexiòn.
ResponderEliminarSe escribe lo que se lleva adentro.
Un abrazo.
Estoy de acuerdo con tu reflexión y hay que decir que tu azotea nos agrada y por eso pasamos por ella.
ResponderEliminarDejamos parte de nosotros en nuestros blogs. Unos se sinceran y se abren más que otros; pero no cabe duda que nos pertenecen y en ellos se plasma nuestra huella.
Lo mismo pas con los escritos y los poemas: Aunque escribamos un poco de todo, es en los relatos y poemas más íntimistas y profundos donde nos desnudamos entre palabras.
Y seguiremos haciéndolo mientras el alma nos lo pida.
Un abrazo de Mos desde su orilla.
Pues déjame decirte, Narci, que los que venimos a tu azoteza, disfrutamos de las reflexiones, de los versos, de los textos, del cariño, del apoyo, de mucho se disfruta, y sí aveces el alma guarda silencio y otras sin saber el momento ese silencio sale a la luz, al sol de las azoteas, como le has gustado llamar para hacer tertulia de sentimientos que nos une de alguna forma a todos aquellos/as que escribimos
ResponderEliminarun beso
Y el mío, la mía...
ResponderEliminarMe ha encantado la analogía de las tortugas despojadas de caparazón.
Yo le digo,
escritura a corazón abierto.
Besos mil.
SIL
Y tus poemas, la ropa al viento:)
ResponderEliminarEstas hermosas y sentidas palabras tuyas me han recordado un poema de Pessoa, mi poema favorito de Pessoa. Te lo mando a tu correo, a ver si te gusta.
Besos
Saludos de USA.
ResponderEliminarHoy es uno de esos dias en que el
viento soplo y trajo tus versos
y tu prosa hacia mi. En pocas pa-
labras haz descrito,los dos esta-
dos de animo mas frecuentes de
quienes nos gusta leer y escri-
bir. Linda tu azotea. My best.
Cotiti.
Si yo no escribo me muero, creo.
ResponderEliminarY que esa azotea esté siempre llena de esas cosas que escribes para que las podamos disfrutar amiga.Pásate por mi blog, tengo un regalo para tí.Espero te guste.Besitos.
ResponderEliminar... gracias por dejarnos ver esa intimidad sin caparazón.
ResponderEliminarUn beso.
cuando era chica en el pueblo las mujeres tendían la ropa en los espinos
ResponderEliminarasí veo yo la "ropa tendida" que son las palabras, en espinos, limpia y expuesta
Y animo a Trini a que otra vez ponga el poema en el comentario, ahí, tendido al viento
besos
Subo a tu azotea para intentar alcanzar una nube que guarda versos en su interior.
ResponderEliminarAbrazos,
Me alegro de compartir algunos ratos de sol y sombra en tu azotea, Narci.
ResponderEliminarAbrazos.
Que siga mucho tiempo tu azotea con tan bellas vistas, para poder seguir disfrutando de tus versos y reflexiones.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, feliz fin de semana.
Coincido con todo lo que dices, Narci.
ResponderEliminarY me encanta tu azotea.
Un abrazo y muchas gracias por estar.
Aunque "azotea" sea una metáfora, siempre me han encantado las partes más altas de las casas. El desván es uno de los sitios que más y mejores recurdos me trae. Me refiero a las casas de los pueblos, claro...
ResponderEliminarBesos, Narci
No es que me disgusten especialmente los desvanes, pero los identifico más bien con el lugar donde se guardan los trastos viejos, lo inservible, lo inútil, aquello que no se tira a la basura por sentimentalismos tontos, y preferimos olvidar allí, dejando que el tiempo vaya haciendo sus estragos lejos de nuestra vista.
EliminarEvidentemente son muchas las cosas que me he ido dejando en el desván y que nunca llegarán a la azotea; seguramente lo que ya está tendido al viento hubiera sido mejor esconderlo en cualquier viejo arcón mordido de carcoma, pero a lo hecho pecho, ni es momento de arrepentirme ni quiero hacerlo.
Besos