martes, enero 25, 2011

La mano

Imagen de google
I

Del desagüe salía una mano.
Cada vez que, al levantarse, intentaba lavar su rostro para deshacer con el agua los residuos de sus pesadillas, salía una mano del desagüe.
Al abrir la puerta cada mañana, una mano la acompañaba hasta el otro lado para abrirle el ascensor.
La misma mano, extendía su índice con ademán seguro y pulsaba la tecla B.
Allí, desaparecía.

Una vez que abandonaba el portal parecía estar sola.
Caminaba sola por las aceras.
El asfalto se confundía con los resquicios de la noche, pero la pesadilla no volvía a su mente.
A paso ligero, sin mirar hacia atrás por miedo a ver, sin mirar hacia delante por miedo a no ver; mirando hacia dentro de sí misma, deambulaba por las calles de cada día, siempre iguales y siempre diferentes.

En un edificio que le era hostil se iba dejando la piel cada mañana, eternos desconocidos que nunca la observaron, tampoco hoy percibirían su presencia.

Todo lo llevaba dentro, para qué mirar más allá de su propia mente.

Estaba allí, nadie lo sabía pero allí estaba. Ella podía sentirlo, se abandonaba a su caricia, se entregaba cada noche al roce de sus uñas, y su piel se sentía viva, su respiración se agitaba, le vibraba el alma y después, el sopor invadía sus entrañas.

Antes de caer en el sueño, notaba como unos nudillos ligeramente peludos acariciaban su sien.
Cuando llegaba el sueño, la mano desaparecía y, en su cerebro quedaba un hueco inmenso, donde todas las pesadillas tenían cabida.

La mano volvía con el primer chorro de agua. Volvía por el desagüe de la ducha. Cuando las primeras gotas resbalaban por su barbilla y podía verla, la recibía con alborozo sabiendo que estaría con ella, dentro de ella, cada instante del día, ocupando el vacío dejado por las pesadillas de la soledad, llenando el vacío de la indiferencia de otros.
Era la mano amiga, la mano amante, la mano que guiaba sus pasos entre las brumas, la mano que la abandonaba al sueño, la mano que alentaba su propio aliento, el único afecto que la aferraba al mundo, que la invitaba a seguir, el único motivo de su existencia.

                                                                        II

Llamó el vecino de abajo. El agua caía a torrentes desde su techo.
Todo parecía indicar que la inquilina del segundo había salido de viaje dejando algún grifo abierto.
El agua les había faltado tres días debido a las obras de la calle.
Dicen que nunca recibía visitas.
En el trabajo nadie la recuerda, ni siquiera saben su nombre. Se dieron cuenta de que llevaba días sin aparecer, porque ya no quedaban tazas limpias para el café en la sala de reuniones, los ceniceros estaban rebosados y en el suelo empezaba a ser evidente la falta de limpieza.

Estaba allí, su cuerpo inerte, hinchado, unas marcas en su cuello delataban que había sido estrangulada.

La puerta estaba cerrada y también las ventanas. Nadie las había forzado.
El fregadero lleno de platos sucios.
Sólo sus huellas por todas partes.
Tampoco hay señales de pelea.

Lo más extraño de todo es que el desagüe de la bañera no estaba taponado, los fontaneros tampoco han encontrado nada que pudiera estar obstruyendo la salida del agua y en los labios de la víctima aún se percibe una sonrisa de alegría, de consuelo, de esperanza, de plena felicidad, como cuando te reencuentras con un viejo amigo que en algún tiempo fue tu alter-ego.

Narci M. Ventanas

20 comentarios:

  1. Vuelvo a la pesadilla de Kafka, a la oscura reminiscencia de Poe.
    A éso vuelvo cuando te ponés a escribir en estas lides.

    Magnífico, Narci.
    Relatado con exquisita elegancia y esa pizca de horror, y la doble lectura del párrafo final,
    IMPECABLE.

    BESO INMENSO

    SIL

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  2. Al principio pensaba que era una trampa que la mente le había puesto a la protagonista. He seguido el texto con avidez, esperando que todo fuese una pesadilla, deseosa de conocer el final. Ha sido una sorpresa comprobar que no, que esa mano existía, que se llevó la vida de la protagonista y, lo más curioso, parece que ella se la entregó con agrado.
    Un relato fascinante y muy bien narrado.
    Un abrazo, amiga Narci.

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  3. Hola Narci!!!
    Vaya narración y vaya cadencia. Me ha gustado tanto la forma de transitar como si estuvieses contando algo de Poe. Me agrada que vuelvas a esten tipo de escritos. Los dominas a la perfección.

    Besiños...

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  4. Waw Narci! Que cuento excelente. Tiene misterio, tiene suspenso.
    es increible y muy original
    No me imaginaba para nada ese final.

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  5. WOW NARCI!: Genial relato de esos que perturban y te hacen comerte las uñas hasta el final.
    Suspense del bueno que va in crescendo hasta llegar al desenlace final. Muy Poe, sí; muy Hitckoth, muy Ibañez Serrador. Muy bueno.
    Ya veo amiga que dominas el relato y la poesía. Bravo por ello porque así hay más variedad y se disfruta el doble.
    Un abrazo de Mos desde su orilla.

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  6. Relato que tensa, que seduce Narci!

    Besiños.

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  7. la pesadilla comienza ...¿al cerrar o al abrir los ojos?

    la soledad domina todos los territorios

    es un relato estupendo Narci

    besos

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  8. Yo le llamaría
    la mano que ahoga,
    propio para una
    película de suspense.

    Muy bueno.

    Besos Narci

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  9. Excelente relato, amiga Narci, donde de forma exquisita tratas el tema y el horror de la soledad más demoledora, la que necesita una mano
    aunque sea par transitar hacia la otra orilla.
    Genial.

    Besos. María

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  10. Un escrito con misterio...

    Tienes un premio en mi blog.

    Un beso.

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  11. No te digo nada nuevo si me sumo a los que te dicen que un relato muy Poe o muy Ibañez Serrador. ¡Genial niña!

    Tienes el don de envolvernos en la trama que hace que lleguemos al final en un puro ¡ay!.

    Me gusta, aunque, como en los anteriores, me quede mirando, hoy, al grifo y el desagüe;))

    Mil besos.

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  12. Muy bueno, de principio a fin.
    Seguiré pasando, con tiempor para leer más.

    Saludos

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  13. Estremecedor
    me ha provocado escalofríos

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  14. Narci, este relato es excelente. Mientras vas leyendo notas la presión de esa mano contra tu pecho y casi te quedas sin aliento hast ael final inesperado.

    Que tristes ha de ser que nadie te extrañe si desapareces.

    Besos u enhorabuena

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  15. Narci, me ha producido una sensación de miedo, pero el relato es fantástico.

    Un abrazo

    Maite

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  16. Sil. gracias por todos tus halagos. Creo que mi finalidad, más que producir horror, era provocar cierto desasosiego en el lector, esa incertidumbre propia de las obsesiones arraigadas, que a fuerza de imaginarlas, acaban por volverse reales.

    Mercedes, la mano existía, claro que sí, de la misma manera que existen nuestros miedos y nuestras ilusiones, y cobran vida porque viven en nosotros.

    Gracias Quino, soy de las que piensan que rara vez llegamos a dominar algo por completo, pero si lo que escribo conmueve de alguna manera a mis lectores, si les provoca algún tipo de emoción, sea el que sea, mi objetivo se ha cumplido.

    Gracias Carla. Ya ves, las cosas no siempre son lo que parecen ni terminan como esperamos.

    Jajaja, Mos, ya sabes lo que se suele decir, el que mucho abarca poco aprieta, quizá por querer meter la cuchara en todo, no profundice en nada, pero al menos disfruto cuando escribo porque escribo desde la emoción del momento.

    Gracias Mayte.

    Carmen, la pesadilla comienza cuando la mano desaparece, cuando llega la soledad..., cuando la mano aparece por el desagüe, ocupa el lugar de las pesadillas y da vida a la protagonista, y la mano, sólo vive cuando el agua le abre paso, de ahí, que tras unos días de sequía, el reencuentro fuese tan apasionado que acabase con la muerte de ambas, con su unión definitiva. Pero en cualquier caso, prefiero dejar cada detalle, y sobre todo el final, disponible para la libre interpretación de cada cual, y los fascinante es eso, que cada cual lo interprete según sus propios miedos u obsesiones, o según sus sueños o sus pesadillas.

    Gracias, Marisa, qué pena que no sea cineasta, jeje.

    María Bote, sí es una lástima que haya personas en el mundo cuya única compañía son sus sueños, sus miedos, su imaginación, incluso cuando su vida transita entre cientos de personas diarimente, pero el caso es que las hay, y cada vez en mayor número. La cuestión es si ellas son invisibles o los demás se vuelven ciegos...

    Gracias Shakkarah, ya he pasado a recogerlo, y lo publicaré y daré a conocer los nombres de mis premiados en cuanto pueda decidirme por unos cuantos, tarea muy complicada, como puedes imaginar.

    Jajaja, Lucía, de eso se trata ¿no? de contagiar un poco a todos de la obsesión de esa protagonista anónima, es la mejor manera de llegar a entenderla.

    Hola Lucas, bienvenido a mi blog, puedes pasar siempre que te apetezca.

    Vaya, MTeresa, siento tus escalofríos, tendré que procurar que mi próxima entrada sea más calentita.

    Sí que es triste Trini, pero sería más triste aún, no tener tampoco imaginación para crearte un amigo/a a la medida ¿no crees?

    Gracias Maite, me alegra que te guste, aunque te dé miedo.

    Besos a todos y gracias por estar aquí.

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  17. Se te da fenomenal el relato Narci, me has tenido en suspense, me has llevado de lo surealista a la ´realidad vilenta..

    un beso

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  18. Pues has conseguido la emoción en tus lectores Narci, ENHORABUENA.
    Un abrazo fuerte amiga, desde mi Librillo.

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  19. Se lee deprisa para ver el desenlace, lo que indica que creas expectación, suspense.
    Me ha encantado.
    Abrazos.

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  20. Gracias, Isabel. Hay días, que quizá la flauta toca por casualidad.

    Gracias Rosario, si lo he logrado, mi objetivo se ha cumplido.

    Gracias Jorge, me alegra que te gustase.

    Besos a todos.

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