sábado, septiembre 08, 2007

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Salvador Dalí

Puedo escribir con la cabeza, poniendo en cada verso el corazón, pero si están muertas las entrañas y se han vuelto mudas las tripas: el poema no respira poros vivos, sino que sufre un desmayo de uñas y se desvanece en el silencio de todo aquello que queda dentro por una gestación inconclusa; las historias se convierten en un cascarón hueco del que jamás nacerá vida alguna por mucho que sea el tiempo de incubación, por mucho que se controle la temperatura, por más que mi ternura, tu ternura... acaricien su aura inexistente; las reflexiones serán yermas, como el huevo, como el verso, como esta sucesión de fonemas que de ninguna parte nacen y sólo hasta aquí llegan.

Narci

1 comentario:

  1. Estoy totalmente de acuerdo con esta concepción de lo literario. Lo que escribimos debe estar primordialmente vivo. Una reflexión "sin entrañas" no nos vale, aunque sepamos que el camino debe estar en la reflexión por encima de todo.

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Tu verbo es el agua que alimenta mis raíces

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